Me resulta absolutamente indignante que dos personas como Elena Iparraguirre y Abimael Guzmán, puedan celebrar su matrimonio encerrados en una cárcel, y digo celebrar porque una cosa es que se casen, vía papeles, haciendo uso de los derechos que aun les quedan, me refiero a que haya realmente una ceremonia, y que se les vea como dos amantes felices.
Como es posible que dos de los más grandes enemigos del país, personas que han matado mediante su ideología y acciones, a miles de peruanos, como es posible que estos seres despreciables tengan más derechos que digamos dos personas que se aman, pero que cometieron el crimen de ser homosexuales. Lo que me resulta aun más indignante es la moralina peruana, aquella hipócrita postura moral, sobre la cual si dos lesbianas o dos gay se casan, estamos cayendo en el infierno de la impudicia, en conductas propias de sociedades bajas y ruines, o libertarias como las europeas por ejemplo. Como es posible que una vieja cucufata se indigne y diga a los cuatro vientos que, pensar en el matrimonio homosexual, es una locura y que sería el signo de que todo está mal. Como es posible que esa misma vieja, o viejo, o joven o lo que sea, esa media de gente inconsecuente y de moral hipócrita, se indigne porque dos personas que se aman y que cumplen con todos sus deberes ciudadanos quieran tener el mismo derecho que digamos un pobre diablo que le tira agua hirviendo a su esposa. Y como así esa misma persona no pega el grito al cielo y dice “que horror” cuando aquellos que casi destruyen al país pueden hacer sorna de su condición de presos, y amarse públicamente, hacer casi un shower en el penal y un poco mas y bailar el Danubio azul versión Zorba el griego.
Por qué eso no genera indignación…porque los peruanos somos una sociedad moralmente hipócrita… ese es el por qué. Y eso a mí me llega al pincho. Que se case el que quiera… es su decisión, es su derecho, que se case los dos hijos de puta que se han casado, lo que a mí me jode es la constante incoherencia, el falso pudor que tanta libertad nos quita, y que termina mostrándonos como una sociedad estúpida y falta de amor propio. Si preferimos hacernos los santitos, aparecer como una doncella virginal ante los ojos de la esfera pública, mientras en el fondo, somos una sociedad que condona la pendejada, que prefiere candidatos corruptos pero que hagan cosas, que no se indigna (verdaderamente indigna, no esa políticamente correcta desaprobación, tan común especialmente en aquellas personas “formadas”) ante la corrupción, porque las cosas son así, y todos roban.
No me estoy poniendo en el lugar del santo, esto que estoy diciendo no es una postura moralista, es simplemente un análisis de cómo funciona la visión de lo correcto y lo incorrecto a los ojos del peruano. No faltara aquel que piense, este que se cree, no me creo nada, simplemente observo, analizo, me empincho y para eso escribo, porque no decir nada al respecto me resulta imposible con mi manera de ver las cosas, ahí yace la razón de escribir, de tener este blog, y de hacer algo con lo que pienso y siento. .. y me gustaría que muchos “líderes de opinión” dejaran de hueviar (si porque son muchas veces hueveros del rating y de la noticia caliente) o que por lo menos se cargaran al imbécil de Aldo Mariátegui que es a mi entender uno de los pocos que dice lo que piensa, aunque lo que piense sea MIERDA Y MEDIA.¿ Por qué solo los imbéciles pueden decir lo que piensan en la televisión nacional??
domingo, 29 de agosto de 2010
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