lunes, 7 de junio de 2010

el mudo y el ciego en el mundo al reves.


A night at the met


En una peculiar tarde otoñal limeña, en donde el sol no se escondía tras la tiza sucia de nuestro cielo, decidí, por un azar del tiempo darle una visita a la novedad limeña, el metropolitano. En esta tarde peculiar, me arroje a los adentros de las fauces del elefante de nuestro mudo alcalde, a ver si así encontraba las palabras que el no se digna a pronunciar.

Tantas veces criticado, visto con ojos llenos de cicuta y mentado por las mas acidas lenguas, el metropolitano me abría sus puertas con un saludo cordial e indicaciones claras y amables (me pregunto si así serán siempre). Ni bien puse pies en el bus, me perdí. Ya no estaba en un micro, ni en una combi, ni en un taxi, en ningún vehículo motorizado en lima. Estaba en este portal dimensional llamado el Metropolitano. Vi a mi alrededor y a mi izquierda podía posar mis ojos en la belleza de una joven la cual rara vez me podría haber encontrado en uno de los anteriormente mentados medios, ella acompañada de dos chicas que bueno no eran tan guapas pero igual llamaban la atención.

Arranca el motor, y me doy cuenta de ello por el tacto, y la sensación de movimiento y no por un estruendo apabullante que me retuerce los tímpanos. Veo a mi alrededor silencio, tranquilidad. La combi no esta llena, no huele mal, todo empieza muy bien.

No hayo sitio en donde posar mis cansado cuerpo, pero igual tengo espacio suficiente para simplemente estar parado sin necesidad de malograrme el cuello (por qué nunca hay micros vacios?).

Minuto a minuto, prosigo en mi paso, Miraflores, surquillo, San Isidro, rápidamente se reúnen uno a uno a pasar a saludar. El transporte se llena y me pregunto, en un momento lima me pateara el trasero y me despertara de esta ensoñación? El temor subyace, el saber que en cualquier momento un porcentaje demasiado alto del moustro de 8 millones de cabezas se apoderara de este espacio pequeño y me sentiré como en lata de sardinas abusada por un productor tacaño. Pero no, parece que eso no sucederá, a pesar de que a este micro, sube sube, pero no baja en farmacia.

Pasan los minutos y llego, a la ultima estación (esperanza?) Y camino hacia mi siguiente carruaje…. Me siento y no siento nada, es ahí donde me doy cuenta de algo, lo que mas tiene este medio, es ausencia.

No hay claxon que me reviente los tímpanos cada dos segundos, ni micros, autos, etc. alrededor que le sirvan de muleta ante esta falta. No hay frenares intempestivos cada 10 segundos, ni la sensación de vértigo que solo una curva en una vía recta puede dar. No hay los baches que embaten contra la inexistencia de suspensión.

NO HAY COBRADOR, NO HAY RADIO A TODO VOLUMEN, NO HAY VENTANAS CERRADAS EN VERANO,NO HAY BULLA, NO HAY OLORES FUNESTOS… NO HAY NADA ….

Y es ahí donde mi alucinación se vuelve ensoñación diurna, siento que es posible, que mi ciudad cambia a mis ojos, que puedo pensar que el transporte público puede ser así, un lugar calmo digno de la enormidad de nuestra ciudad, un cambio posible ante mi, quizás solo un comienzo pero, demonios, que buen comienzo podría ser.

Pocas veces soy optimista, muchas veces tildado de hígado y negativo. Pues creo que en parte, y solo en parte este medio nuevo de transporte puede ser un ejemplo a tomar en cuenta de cómo debería ser el transporte en Lima. Pero que no sea solo un sueño.

La ausencia me ha hecho difícil escribir, alguna vez leí a un escritor que decía que la base de la narrativa era, la ira, la rabia, el dolor y la frustración. Y cuando paseaba (porque si esto no era una condena del purgatorio, sino un paseo real por lima) pensaba, por qué este viaje no me inspira nada, y es ahí cuando me di cuenta que el alimento de mi inspiración usual con respecto a mi ciudad siempre esta teñido de rabia, de frustración, de gritos de furia y decepción. Pero esta vez, vale la pena escribir sobre la base de un futuro posible.

Abro los ojos, subo unas escaleras, en eso un ruido espantoso, luego otro y otro, una andanada de golpes como estampida de búfalos, eran las bocinas, el ruido y el grito angustioso…había regresado a la lima de todos los días, ya no me encontraba en este túnel del tiempo, en esta cámara por ahora ilusoria, que esperamos pueda permanecer y extenderse. Había regresado a casa, y esta me recibía como ella bien sabe. Así termino mi noche en el metropolitano, con una sensación, un gusto en la boca de que algo mejor puede venir (puede).

Pero ojo, como no puedo dejar de ser yo mismo…. Me queda claro de que esto podría ser un buen comienzo, pero no es la solución, y que el mudo no se regocije de dicha que su obra a pesar de que puede funcionar bien, también tiene mucho que responder con respecto a como se ha producido. También hay que pensar en realmente que impacto va a tener en nuestra ciudad, si es que se queda solo en la gran obra de un megalómano que tiene 9 años en el poder y a quien la sociedad parece no haberle puesto el pare nunca.

Por ahora, pensemos en el futuro, y DEMANDEMOS que eso sea solo un comienzo y no un antifaz para que la gente no vea lo mal que las cosas están, uno de esos tantos que ya tenemos.

martes, 1 de junio de 2010

el equipo sueco de bikinis

"Ev'rybody knows
That Baby's got new clothes
But lately I see her ribbons and her bows
Have fallen from her curls."

Bob Dylan

Había una vez en lima, una mujer, que simplemente resonaba en nuestras cabezas al solo sonreír. Una mujer que ante cualquier circunstancia era siempre la más deseada. Esta ninfa del Valhalla, proveniente de su natal Goteborg, vino a encandilar aquel verano limeño, encandilarlo aun más. Con una naturalidad plena y las pestañas más hermosas que el que escribe haya visto jamás, contagio con su alegría y sencillez, haciéndonos creer que todo lo maravilloso era posible.

Cada centímetro, cada lunar, y cada peca, era éxtasis a nuestros ojos. Sus ojos, su pelo, su cuerpo contorneado que ella afirmaba (quizás engañada por vivir en un país donde todas las mujeres le llevaban una cabeza) que no era nada del otro mundo, era para mí una oda a lo que las mujeres nos hacen a los hombres. Trato de poner en palabras lo que ella producía, no solo desde su belleza, sino desde su forma de ser, de sus diversos intereses, de la facilidad con lo que se podía conversar con ella y de como en todo momento no dejaba de ser ella misma a pesar de que tenía un sequito que la adoraba a sus pies durante 2 meses.

Nosotros varones limeños y latinos fuimos tentados, el elixir, el hidromiel de Odín nos había hipnotizado. Años después puedo decir que tengo aun en el recuerdo, muchos momentos en que me divertí viendo los continuos embates de todos mis amigos tratando de abrirse a este mundo maravilloso (yo también fui uno de ellos en su momento), colmado de parajes insondados. El deseo se hizo prisión, y a pesar de no lograr nada, puedo decir que pocas veces me he visto tan a gusto teniendo cerca a una belleza como ella a pesar de no poder vivir con ella todo lo que hubiera querido.

Esta girl next door (si tu puerta está en Estocolmo) resulto ser un retrato de lo mucho que el mundo puede ofrecer, en cualquier lugar. Y no me refiero solo a mujeres exóticas venidas de otros lugares, sino al mero de hecho de que la belleza, a pesar de que muchos lo piensan como verdad ineludible, no viene siempre acompañada de aspereza, de lejanía y de un talante arrogante y sabido del poder que puede tener.

Recuerdo con mucha cólera, algunos comentarios, colmados de frustración y desaire, tildando a esta chica de puta madre, con epítetos no merecidos e injustos. Son entendibles pero que también hablan mal de nuestro lugar como buscadores de un santo grial privado, fuente de emociones y de vida que puede ser una mujer con la cual compartir, risas, bailes, el acto del placer absoluto que puede ser una buena temporada de sexo y por ultimo si las cosas salen bien el amor. Aquellas palabras rabiosas me quedan como los gritos del zorro ante las uvas que no logra alcanzar. Aceptémoslo, simplemente ninguno de nosotros le generaba una atracción mayor que la que se puede encontrar en un amigo, beat it, hagamos como Vincent Vega y disfrutemos de compartir momentos con una persona tan de puta madre.

Esto lo escribo años después y a mucho gusto, y está dedicado con mucho cariño a la señorita del pueblo de la guerra, espero que haya algún caballero de Asgard (o de donde sea) que tenga el gusto de lograr lo que nosotros no pudimos aunque en no dudaríamos en ofrecerte nunca.